Con banderolas y pancartas, jóvenes extranjeros —en su mayoría— exigieron la homologación de sus títulos para ejercer sus estudios en España. “Siento que tengo mi vida en pausa hace cinco años, que no avanzo”, dice Luciana Boglione, una odontóloga argentina de 29 años. Registró sus documentos en este proceso en el 2017 y, hasta el momento, no tiene una resolución que declare que puede ejercer en su profesión. “Tenemos mucho que ofrecer, al final lo que queremos es trabajar en un área que no deja de ser de la salud”, asegura.»