Según la Wikipedia

En España, el Registro Civil es un registro público que tiene por objeto hacer constar oficialmente los hechos y actos que se refieren al estado civil de las personas y otros determinados por la Ley, como el nombre y apellidos, el nacimiento, la defunción, la filiación, el sexo o la nacionalidad. El Registro cumple la función de instrumento de publicidad de los estados civiles de las personas, pues al representar estos cualidades o situaciones que poseen una eficacia general, puede surgir un cierto interés de los terceros y de todo el grupo social en su conocimiento, y también constatación. Aparecido en España en el año 1870, se caracteriza por ser institucionalmente único y depende del de la Dirección General de los Registros y del Notariado del Ministerio de Justicia.

Notas introductorias

El surgimiento y la institucionalización

Apellidos hispanos

 

En la mitología hinduista, Manu es el nombre del primer ser humano, el primer rey que reinó sobre la Tierra, y que fue salvado del diluvio universal. Es llamado Vaivasuata, porque su padre fue Vivasuat ; su madre fue Saraniu. También es llamado Satiavrata.

«El padre dará su nombre a su hijo varón en el décimo u onceavo día, en un día lunar propicio, en el momento favorable y bajo una feliz estrella» Las Leyes de Manú.

Por esto y por otros motivos más prácticos que veremos más adelante, los hombres crearon los apellidos. La estirpe de la familia queda plasmada en el apellido y por tanto es un valor eterno y seguro de la familia humana.
En latín, Apellido significa nombrar o apelar.

¿Cuándo y quién ordenó crear los apellidos?

Apellidos hispanos

 

Según los historiadores estos se hicieron obligatorios en la antigua China, bajo el mandato de un emperador nombrado Fu-Xi

Este emperador se hizo famoso por otras invenciones y sabidurías

Se le atribuye la invención de la escritura, la pesca y la caza. Se representa como mitad hombre mitad serpiente
Volviendo al surgimiento de los apellidos…
Inicialmente los apellidos en este imperio derivaban de las madres o lo que es igual eran matronímicos.

Se escribieron siempre antes del nombre, para los chinos, como es común aún en nuestros días

Más adelante bajo el mandato del emperador Shang, 1663 a.C.-1646 a.C., se cambió el origen de los apellidos de los hijos, ahora serían patronímicos, es decir, el apellido de los padres.

En nuestro entorno más cercano de la historia humana fueron los romanos los que crearon el nombre de familia

Pero con la caída de Roma, fue olvidada el nombre de familia o Tría Nomina.

Europa comenzó a cambiar aceleradamente y los nuevos nobles europeos comenzaron a usar los apellidos para distinguirse de los ciudadanos de ‘a pie’

Estos ciudadanos tenían sólo su «nombre de pila»

¿Qué es el nombre de pila?

Apellidos hispanos

 

Es el que se da a una persona cuando nace y con el que es registrada en el registro civil como nuevo miembro de una familia y que puede ser confirmado con el bautismo

Estos nombres son por ejemplo: José, María, Rogelio, Pedro, Pablo, Jacinto, etc

Como la población creció se hizo necesario poder distinguir a las personas además de por su nombre de pila

Y detrás de esta distinción apareció el interés por diferenciarse de los demás, en especial para que los hijos pudieran acceder a las herencias de la familia

Las primeras fuentes para diferenciar a los hombres y mujeres, fue el oficio que tenía el padre de la persona, tales como: herrero, molinero, etc

También incluyó los rasgos físicos del individuo si era: blanco, delgado, crespo y otros.

Institucionalización de los apellidos en España

Apellidos hispanos

Y en el siglo XVI comenzó la institucionalización de los apellidos por medio del Cardenal Cisneros que en ese entonces era el Arzobispo de Toledo y primado de España.

Y seguidamente copiamos de una buena fuente tal institucionalización…

«Y la segunda iniciativa fue la identificación de las personas. Hasta entonces, durante la historia de la humanidad, los seres humanos se identificaban con su nombre, seguido de un genitivo, haciendo referencia bien al lugar, bien a la familia de donde provenían. Así se decía Tales de Mileto, Tomás de Aquino, Hernando de Talavera, Juan de Ávila, Francisco de Borgia, Catalina de Medici, Juan de Medici… A veces tales denominativos llevaban a confusión; podía darse el caso, y era frecuente, de dos hermanos que hubieran nacido en diferentes lugares y llevaran distinto genitivo local, o también que coincidieran dos nombres provenientes del mismo lugar. Para evitar eso, en 1501 el cardenal Cisneros instituyó la obligatoriedad de la identificación de las personas con un apellido fijo proveniente del progenitor. Se evitaban de esa manera esas frecuentes confusiones al identificar a las personas con su nombre, seguido de ese tipo de apellidos o motes, reflejando el lugar de procedencia, el oficio, o alguna característica de la persona. Ya hemos apuntado cómo miembros de una misma familia, incluso hermanos, podían tener diferente apellido, provocando un tremendo caos administrativo. A partir de la ordenanza de Cisneros, el apellido del padre quedaba fijado, y pasaría a ser el de todos sus descendientes.»

 

En el propio siglo XVI quedó establecido que las parroquias debían llevar registro detallado de los nacimientos, matrimonios y defunciones lo que es el embrión de lo que hoy es el Registro Civil que los estados tienen implantados.
De tal forma que a partir de ese momento quedó establecido el uso de los apellidos familiares como lo conocemos hoy día.

Y por ello también, hasta que no surgió el Registro Civil en España en el año 1870, fueron las parroquias las que llevaban la voz cantante en el registro de las personas nacidas, entre otras atribuciones.

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